Hay gente, como Napoleón Bonaparte, o Atila, o Fulgencio Batista, o tantos otros, que no puede vivir si no está batallando, si no está imponiéndose sobre otras personas, violentándolas. Yo, por suerte, no soy así. Soy un enamorado de la paz, al igual que los demás miembros de mi familia. No recuerdo haber presenciado jamás una riña entre mis dos pequeños hijos, ni haberlos regañado nunca. No recuerdo que mi esposa me haya levantado ninguna vez la mano, ni haberla golpeado tampoco yo jamás. Me atrevo a afirmar, incluso, que nunca le grité.
There are people like Napoleon Bonaparte, or Attila, or Fulgencio Batista, or many others, who can't live without a battle, without being over other people, abusing them. Fortunately, I am not like that. I'm in love with peace, like the members of my family. I have no memories of ever witnessing a quarrel between my two small children, nor ever scolding them. I don't remember my wife ever raising a hand against me, nor me ever hitting her. I even dare to assert, that I never yelled at her.
Creo importante señalar el hecho de que la paz imperante en el seno de mi familia no es producto de una postura de tipo ideológico o ético. Este tipo de fundamentos suele conducir a comportamientos esquizoides: la agresividad contenida siempre encuentra algún blanco sobre el que manifestarse, y cuando todos los blancos de fuera están prohibidos, el destinatario de esta agresividad pasa a ser el propio agresor. No. Nuestra paz deviene, simplemente, de que nosotros somos así: pacíficos. También, desde luego, somos pacifistas, pero esto no es lo que regula nuestra conducta. Nuestra conducta no requiere regulación: es así por naturaleza. Además, si bien somos pacifistas, no somos dogmáticos, y sabemos que a veces, para defenderse de una agresión, se hace necesario emplear la violencia. Sólo que nosotros no podríamos nunca ser los encargados de ejercerla, debido a esa pasividad innata que nos caracteriza y que, a falta de blasón, constituye nuestro emblema familiar.
I think it's important to point out the fact that the ruling peace in the core of my family is not a product of some kind of ideological or ethical stance. That kind of grounds use to lead to schizoid behaviors: the contained aggressiveness always finds a target where it can manifest itself, and when all the outside targets are forbidden, the receiver of that aggressiveness happens to be the very aggressor. No. Our peace happiness, simply, because we are like that: peaceful. Also, of course, we are pacifists, but this is not what regulates our behavior. Our behavior needs no regulation: we are like that by nature. Besides, in spite that we are pacifists, we are not dogmatic, and we know that sometimes, to defend oneself from an aggression, employing violence becomes necessary. Is just that we could never be the ones in charge of employing it, due to that inborn passiveness that characterizes us and which, in the absence of a coat of arms, constitutes our family symbol.
Sin embargo, a la hora de divertirnos, nada nos gusta más que mirar películas donde hay asesinos, violadores, secuestradores, policías, niños maltratados, gente cuyos derechos son avasallados, animales depredadores, monstruos que siembran el pánico en alguna población, indios que son exterminados por colonizadores blancos, colonias devastadas por los indios, inquisidores que condenan mujeres a la hoguera, agentes secretos con licencia para matar, médicos corruptos que matan a sus pacientes para vender los órganos, mercenarios, torturadores, androides programados para eliminar a ciertas personas, duelos a muerte entre espadachines, gladiadores que combaten para entretener a emperadores romanos, etc. Sólo debemos excluir de nuestra lista de preferencias aquellas películas donde la violencia no se ejerce sobre seres humanos o entes que de alguna manera los representan. Los dibujos animados donde hay querellas entre animales (Tom y Jerry, Piolín y Silvestre, el Coyote y el Correcaminos, entre otros) nos encantan, porque aunque se trate de animales, no es difícil reconocer en ellos el gesto humano. En cambio, las películas documentales sobre la vida de las garzas o los monos de Tanganika nos hunden en el más profundo abismo del tedio, por más que pueda en cierto momento aparecer un león y celebrar una carnicería sangrienta con gacelas como hors d´oeuvres y canguritos de postre.
However, at the time of having an amusement, what we like the most is to watch movies where there are murderers, rapists, kidnappers, policemen, abused children, people whose rights are pushed around, predating animals, monsters who sow the panic at some population, native people being exterminated by white colonizers, colonies devastated by native people, inquisitors who condemn women to die at the stake, secret agents with license to kill, corrupted doctors who kill their patients to sell their organs, mercenaries, torturers, androids programmed to kill certain people, death duels between swordsmen, gladiators who fight to entertain roman emperors, etc. We only have to exclude from our list of preferences those movies where the violence is not employed over human beings or entities that somehow represent us. We love cartoons that have quarrels between animals (Tom and Jerry, Sylvester and Tweety, Coyote and the Roadrunner, among others) because even if it's about animals, it's not hard to recognize the human expression in them. Instead, documentary movies about the lives of the herons or the Tanganyika monkeys drown us in the deepest abyss of boredom, even if at a certain moment could appear a lion and make a bloody carnage with gazelles as Hors d'oeuvres and kangaroos as dessert.
Nuestra tía Nevelina es la única de la familia que no comparte estos gustos. Es más, ella nos trata de morbosos al vernos disfrutar tanto con las desventuras de todos esos personajes de las películas que vemos, y nos advierte de los peligros que subyacen al hecho de que nuestros pequeños hijos se eduquen mamando tales desenfrenos de violencia. Ella prefiere otro género de películas, donde no hay asesinos, pero sí adolescentes pasando por crisis generacionales, mujeres que engañan a sus maridos, abogados que tienen problemas de conciencia por saber culpables a sus defendidos, hijos que optan por ser músicos cuando sus padres esperaban que estudiaran Windows 98, maestros que tienen problemas disciplinarios con sus alumnos, en fin, situaciones donde la violencia se ejerce de forma más velada y sutil. En razón de esta preferencia, la tía Nevelina es la única persona de la familia que tiene un carácter irritable y suele pasar días enteros con un humor que transforma su cara en un facsímil exacto de las últimas radiografías que se sacó de la vesícula biliar. Si no fuera por nuestro temperamento pacífico, te juro que hay días que la zumbaría de un tortazo.
Our aunt Nevelina is the only one in the family who doesn't share these tastes. Even more, she treats us as perverts by seeing us enjoying so much with the misfortunes of all these characters of the movies we see, and she warns us about the dangers that underlie to the fact that our small children are being brought up with such excesses of violence. She prefers other kinds of movies, where there are no murderers, but there are teenagers going through generational crises, women who cheat their husbands, lawyers who have conscience issues for knowing their defendants guilty, children who opt to be musicians when their parents expected them to study Windows 98, teachers who have disciplinary problems with their students, anyway, situations where violence is applied in a more subtle and hidden way. Due to that preference, aunt Nevelina is the only one in the family who has a vexing character and uses to spend entire days with a mood that turns her face into an exact facsimile of the last radiograms that she got from her gallbladder. If it wasn't for our pacific nature, I swear that there are days that I'd like to smack her face.