No se sabe si por tradición o misterios estadísticos, pero es lo común que cualquier pueblo tenga un bobo que anda suelto y que las personas de capacidades normales tratan afectuosamente (festejándole las gracias o siguiéndole la corriente cuando él finge –o juega a– ser, por ejemplo, almacenero, farmacéutico, cartero, cuidacoches, etc.). A veces también lo tratan mal, si el bobo justo viene a molestar cuando se está haciendo algo importante, o algo sin importancia pero que requiere mucha atención. De todos modos, el bobo a veces no se da cuenta de que lo trataron mal y se cree que lo trataron bien, o piensa en términos diferentes, o no piensa. En algunos pueblos es posible que no haya ningún bobo o que el bobo que hay esté tapado, por salir poco o por estar a la vista de todos pero haciendo algo que no deje en evidencia su condición. Pero en otros pueblos puede suceder que haya dos bobos, o incluso tres. En estos casos, a veces se da algún tipo de competencia o rivalidad entre los bobos, en aras de obtener cada uno una parte mayor del favor de la gente normal. Se podría pensar que en estos pueblos con tres bobos el desenvolvimiento de las actividades del resto de los habitantes podría verse entorpecido, pero esto no es así. En su esfuerzo por superar a los otros dos, cada bobo termina sirviendo muy bien a las necesidades comunales, que son las de la gente normal. Los bobos empiezan a desempeñar funciones creyendo que son empleados de tal o cual tendero, tallerista o repartición municipal, o que tienen un emprendimiento propio. Y cuando los bobos son cuatro, cinco, seis, o más, la cosa es todavía mejor. Y no es que se los haga trabajar por nada. Se les da algo, y en los casos de bobos que se necesita tener en cargos con apariencia de jerarquía o importancia, la remuneración llega a ser muy buena y el bobo que la recibe no llega a sospechar nada (además, se gasta su remuneración en las cosas que están previstas). En muchos pueblos se alentó la proliferación de bobos (ajustando el sistema educativo) y se logró un desarrollo sostenido que los convirtió en algunas de las ciudades más pujantes y populosas del mundo.
One doesn't know if for tradition or statistical mysteries, but it's common that any town has a fool on the loose and that people of normal abilities treat him affectionately (celebrating his funny things or going with the flow when he pretends- or plays- to be, for example, shopkeeper, pharmacist, postman, car watcher, etc). Sometimes they treat him bad too, if the fool comes to disturb when something important is being done, or something without importance but which requires lots of attention. Anyways, the fool sometimes doesn't realize that they treated him bad and believes that they treated him well, or thinks in different terms, or doesn't even think. On some towns it is possible that there isn't any fool or that the fool is undercover, for going out so little or for being at everybody's sight but doing something that doesn't leave its nature on evidence. But on some other towns it is possible that there are two fools, or even three. On those cases, sometimes is given some kind of competition or rivalry between the fools, in search of obtaining each a bigger part of the backing of normal people. We could think that on those towns with three fools the development of the activities of the rest of the inhabitants could be hindered, but it isn't so. On their effort for overcoming the other two, every fool ends serving very well to the common needs, which are the normal people needs. The fools begin to carry out roles believing that they are employees of this and that shopkeeper, merchant or municipal distribution, or that they have an own business venture. And when the fools are four, five, six, or more, the thing is even better. And it isn't that they make them work for nothing. They give them something, and in the cases where fools are needed to be in charges seemingly hierarchical or important, the income is very good and the fool who receives it doesn't even suspect anything (besides, he spends his income in the expected things). On many towns they encouraged the proliferation of fools (adjusting the educational system) and they achieved a sustained development which turned them into some of the most thriving and crowded cities of the world